Cualquier día, sea mañana, tarde o noche es un buen momento para que los ladrones intenten acceder a viviendas, negocios o trasteros. En los últimos años, el impresioning se ha colado en el top tres de las técnicas más utilizadas por los amigos de lo ajeno y, ello, debido a varios motivos. En primer lugar, su mecanismo es muy discreto. En segundo lugar, no genera ningún tipo de ruido o alarma que pueda levantar sospechas. Y, en tercer lugar, a simple vista no hay pruebas de cómo se ha producido el delito.
Fases del impresioning
– La preparación: cuando no estás en casa, el ladrón introduce unas láminas finas de aluminio -u otro material maleable- en el bombín de la puerta. Estas piezas son prácticamente imperceptibles para la víctima
– La trampa: en el momento en que el propietario vuelve al domicilio e introduce la llave para abrir la puerta de su casa, la forma de la llave quedará impresa en las láminas de aluminio previamente insertadas
– La recogida: una vez conseguido el objetivo de obtener una impresión de la llave, el ladrón sólo debe regresar a la puerta y recoger las marcas de la llave sacando las láminas del bombín
– La réplica: con las marcas de la llave impresas ya pueden obtener una copia de la llave original como si de un molde se tratara
– La consumación del delito: tan sólo queda volver a la vivienda cuando esté vacía con la llave maestra para poder robar a sus anchas en su interior sin levantar sospechas de que la cerradura ha sido forzada
¿Por qué eligen este método?
El principal problema del impresioning -o depende de cómo se mire, la principal ventaja para el ladrón- es que si se hace correctamente no deja rastro y, por lo tanto, no existe una evidencia clara de que ha entrado a robar en una casa. La puerta está intacta, como si no hubiese ocurrido nada, ni existen tampoco daños en la puerta ni las cerraduras están forzadas.
¿Qué podemos hacer frente al impresioning?
– Ser observadores por si vemos “merodeadores”. Antes de colocar las láminas de aluminio los ladrones han observado sus posibles objetivos y, por ende, las puertas o cerraduras
– Ser observadores con el bombín de la puerta, de manera que, es recomendable inspeccionarlo habitualmente para asegurarnos que no existe ningún cuerpo extraño u obstáculo en su interior
– Utilizar cerraduras con un mayor nivel de seguridad. Una de ellas puede ser la cerradura con escudo magnético que oculta el bombín. De este modo, estando “cerrado” debemos presentarle la llave magnética en la superficie del escudo para que deje el bombín o cilindro a la vista y, así, poder introducir la llave tradicional para abrir la puerta. Este tipo de cerraduras no sólo sirven para prevenir la técnica del impresioning sino también contra el bumping
– Instalar alarmas y cámaras de seguridad. En el caso de que los amigos de lo ajeno hayan entrado en la vivienda, la utilización de alarmas y cámaras permitirán detectar su intrusión y dejar registrada su intrusión
Con la técnica del impresioning nos hemos quedado impresionados!!!
Dra. Mireia Company Alcañiz
